En 9 de Julio se realizó una movilización
A un mes del asesinato de Fernando Báez Sosa, ocurrido en la localidad de Villa Gesell a la salida del boliche Le Brique, se llevaron adelante una serie de marchas a la hora 18 en todo el país.
En 9 de Julio un grupo de vecinos se movilizaron alrededor de la Plaza Belgrano, en el pedido de justicia que replicó en distintas ciudades. La concentración más importante tuvo lugar en frente al Congreso Nacional, ante una multitud.
EN BUENOS AIRES
Graciela, la madre del joven, fue la oradora principal de la movilización. Quebrada, pidió «justicia» por su hijo repetidas veces, agradeció a todos los presentes por acompañarla y reiteró que su vida «no es fácil».
La mayoría de las miles de personas que estuvieron presentes para apoyar a Graciela y Silvino, los padres del joven, se acercaron de forma espontánea con carteles con la cara de Fernando y leyendas de pedido de «paz y justicia».
A la concentración asistieron el abogado Fernando Burlando y su socio Fabián Améndola, defensores de los padres de Fernando; el padre de Pablo Ventura, el joven de Zárate que en un principio fue imputado en la causa y nunca había estado en Villa Gesell; miembros de la agrupación Madres del Dolor; Claudia Villafañe, Juan Carlos Blumberg y la hermana Martha Peloni, entre otras figuras.
Fue justamente Peloni quien asistió a Graciela, la madre de Fernando, quien al llegar a la Plaza de los dos Congresos se descompensó al bajar del coche que la trasladó desde su casa.
Entre aplausos y gritos exclamando «justicia», «asesinos», «perpetua» y «se siente, se siente, Fernando está presente», subieron al escenario central Silvino y Graciela, Julieta, la novia del joven, junto a familiares y amigos.
Al dar inicio formal al acto, se proyectó un conmovedor video con fotos e imágenes de diferentes momentos de la vida de Fernando. Muchos de los presentes se quebraron y entre las lágrimas, aplaudieron al ver al joven en pantalla.
Las palabras de Graciela
«Quiero agradecer a todos por haber venido a acompañarme porque mi vida no es fácil sin ustedes y con la ayuda de ustedes se va a hacer realidad que se haga justicia por mi hijo y por todas las víctimas de violencia. Lo que le hicieron a mi hijo es terrible, no le dieron oportunidad de defenderse, lo mataron a traición», expresó Graciela al tomar la palabra. «Era un chico decente, que amaba la vida, a su prójimo, quería ayudar a todo el mundo. Tenía un objetivo a realizar, lo que le hicieron le arruinó la vida a mi esposo, a mí y a todos los que lo queremos. Mi vida no es fácil desde que perdimos a nuestro hijo, era nuestro sostén, mi casa está vacía, cuando me levanto y miro su cama y sé que nunca volverá por lo que le hicieron, quiero justicia por mi hijo», clamó Graciela notablemente consternada.
«No saben lo que extraño cuando me decía ?chau mami?, y le decía ?chau papi?, quiero justicia por mi hijo, que paguen lo que le hicieron, levanto la mano con orgullo porque mi hijo era un chico decente y bueno, deben pagar lo que le hicieron que no quede impune. No voy a bajar los brazos hasta verlo para que mi corazón descanse. Y que mi ángel los bendiga a todos ustedes y les de la fuerza que él me da», concluyó la mujer.
Una oración
En tanto, el diácono Miguel de la comunidad Marianista, dirigió una oración, a pedido de Silvino y Graciela, para todas las víctimas de violencia. Para cerrar, pidió a todos los presentes, sean creyentes o no, del credo que fuera, rezar el Padre Nuestro, tomados de la mano