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Nueve de Julio
jueves, abril 18, 2024

Eduardo Oscar Bustamante

Laboriosidad y servicio como ejemplo de vida

* Su infancia transcurrió en el hogar de sus abuelos, en el campo.
* Siendo adolescente desarrolló un emprendimiento como carnicero; más tarde, incursionó en la relojería y en él fotografía, profesiones que actualmente desarrolla.
* Es propietario del Bazar y Relojería “Universal”, con más de medio siglo de trayectoria comercial en Dudignac.
* Dedicado por muchos años a la crianza de porcinos, siempre tuvo no menos de cinco trabajos diferentes desarrollados a la vez.
* Se desempeñó como vicepresidente de la Asociación de Bomberos Voluntarios de Dudignac.
* Hombre prolífico, amante de la vida, es un vecino solidario, siempre dispuesto a ayudar y tender una mano amiga.

Decía John Henry Newman que, la conciencia es la capacidad de reconocer la verdad y sus exigencias en los ámbitos decisivos para el destino eterno del hombre. En efecto, la conciencia, es la originaria, permanente e imprescindible revelación natural que Dios hace de sí mismo al hombre.
La conciencia moral es la facultad mediante la cual distinguimos, discernimos, entre los diferentes actos de la vida humana. La conciencia nos permite escoger lo bueno y lo bello, de aquello que es malo.
En otras palabras, la conciencia moral es luz sobre lo que es bueno o malo y, al mismo tiempo, guía de nuestra vida cotidiana, de nuestras opciones.
Una conciencia recta se encamina siempre a elegir el bien, a buscar reflejar esa elección en actos de buen obrar; en la entrega y en la ayuda permanente hacia el otro.
Mucho de esto sabe Eduardo Oscar Busta- mante, un hombre de nobles virtudes y de corazón generoso que es un auténtico ejemplo de vida. Apreciado por sus vecinos como una persona de bien, Su disposición hacia el trabajo es una constante en su vida.
Nacido en Dudignac, el 13 de octubre de 1941, en la casa de sus abuelos maternos. El octavo hijo del matrimonio conformado por María Isolina Guido y Bernabé Bustamante.
Uno de sus hermanos, Noel Bustos (nombre artístico), fallecido en plena juventud, fue un destacado bandoneonista que fue reconocido en los círculos musicales de la época.
La temprana muerte de dos de sus hermanos marcó con el dolor a la familia y, particularmente, de su madre.
Sus estudios primarios los cursó primero en la Escuela Nº 15 de Dudignac, para luego proseguirlos en la Escuela Nº 43, en el Paraje Santilli. De esa época recuerda, especialmente, a su maestra, Regina Buffoni de Martirena, quien actualmente reside en Buenos Aires.
Eduardo formó parte de los alumnos que integraron la primera matrícula de la Escuela Nº 43. De hecho, su primer par de zapatos los lució durante la inauguración de ese establecimiento, merced a un obsequio de la Fundación Eva Perón.

UN EMPRENDIMIENTO TEMPRANO
Siendo adolescente, junto a su hermano Horacio, desarrolló un emprendimiento como carnicero. La misma era denominada “La Gracielita”, en la localidad de Dudignac.
Por entonces también recorría los pueblos de la zona para vender productos avícolas.

RELOJERO Y
FOTOGRAFO
Luego de cumplir con las obligaciones del Servicio Militar en el Regimiento de Caballería de Toay, su amigo Jorge Chiattone lo introdujo en el apasionante mundo de la fotografía. En este rubro se destacó primero en French, donde conoció a su esposa y compañera de toda la vida.
Arnaldo Vega y Carlos Mangioni, de Fotografía “Abobato”, también le brindaron su asesoramiento en el oficio.
También incursionó en el rubro de la relojería, formándose en la Escuela Universal de Relojería.
En la actualidad tiene montado, en Dudignac, su taller, que se encuentra anexo al Bazar y Relojería “Universal”, abierto hace medio siglo. Es el único relojero activo en la localidad.

EN EL CAMPO DE LA FAMILIA PORATTI
En 1955, Almando Félix Poratti, adquirió un campo cerca de Dudignac, llamado “Raquel Edith”. Entonces, designó a Bernabé Bustamante como encargado del mismo.
A raíz de algunos problemas de salud que padecía Don Bernabé, el 1º de enero de 1965, fue reemplazado en el mismo empleo por su hijo, Eduardo.
Eduardo tuvo para con Almando una relación de padre a hijo.
Su vida comenzaba a las seis de la mañana, en el campo, ordeñando las vacas que su hijo había apartado previamente. Su esposa envasaba la leche que luego era repartida por los hogares del pueblo.
Su hijo Noel, en un emotivo texto, recuerda:
“En este lugar -se refiere al campo de la familia Poratti- mi padre se casó, aquí nací yo, acá perdimos a mi madre. Acá fuimos felices, acá vivimos muchas tristezas, todo va unido a ‘Raquel Edith’ en nuestras vidas”.
“Los terribles golpes -prosigue- de 1990 y 1992 al perder a don Almando y Amelí respectivamente, sus segundos padres. Más recientemente, la partida de Armandito, hijo de don Almando, su hermano del corazón”.
“Junto a Raquel y Edgardo Martínez, hija y nieto respectivamente de don Almando, siguen esta relación laboral que cumplió 55 años de trabajo”.

OMNIBUS
Junto a su hermano también fue propietario del omnibus de turismo “La Unión”. Aún, muchos vecinos de Dudignac recuerdan los servicios prestados por esta empresa hasta su desaparición.
SU FAMILIA
Eduardo Bustamante contrajo matrimonio con Blanca Azucena Castro, el 28 de marzo de 1969 en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de French. De esa unión nació su hijo Noel.
Blanca Azucena fue, por espacio de más de cincuenta años, secretaria y colaboradora del Doctor Carlos Tuma y de su familia. Al recordado médico y a su esposa, Berta, los acompañó desde muy joven hasta la muerte de aquellos.

PALABRAS FINALES
Eduardo Bustamante es un hombre ejemplar, que no dudó un instante en realizar una permanente lucha por progresar y siempre encontrar una salida en la adversidad.
Una mirada en redro- tiempo nos pone, en cada hito de su vida, frente a un caballero siempre dispuesto, jamás renuente, propicio en todo momento para manifestar su natural servicialidad.

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