En dos de cada diez hogares del conurbano bonaerense las familias dejaron de asistir al médico por la crisis económica de un año para el otro, según una encuesta realizada por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA) a pedido de la Defensoría del Pueblo bonaerense.
La encuesta apuntaba a conocer el impacto de la crisis económica en los sectores más vulnerables al momento de acceder al sistema de salud.
Uno de los datos más destacados del relevamiento es que, de un año a otro, en dos de cada diez hogares de se dejó de asistir al médico o dentista debido a problemas económicos, una realidad que se profundizó entre los que se encuentran bajo condiciones de pobreza, ya que la mitad de quienes pertenecen a este grupo dejaron de atenderse por los mismos motivos.
Esta situación de privación en atención de la salud debido a problemas económicos se profundiza en el Conurbano norte (29,8%), seguido por los hogares del Conurbano sur (27,6%). Sólo uno de cada diez hogares en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires debió dejó de ir al médico o dentista debido a esta problemática.
La misma tendencia se observó a la hora de analizar el déficit en el acceso a los medicamentos, ya que dos de cada diez hogares debieron dejar de comprarlos debido a los problemas económicos en el último año. En este ítem, también la mitad de los hogares pobres manifestaron dificultades al comparar lo sucedido en 2017 respecto a 2018.
El estudio a su vez indagó sobre la falta de consulta médica anual durante 2017 y 2018, un fenómeno que se registró en el 28,7% de los encuestados. De este total, los grupos que en su mayoría no accedieron al sistema de salud fueron los varones (36,5%) y los jóvenes de 18 a 34 años (38,9%).
En esta línea, la privación del derecho al acceso a la salud se presenta en mayor medida en condiciones de mayor carencia económica y precariedad laboral: el mayor porcentaje se da entre las personas pobres (43,3%) y las personas que pertenecen al estrato trabajador marginal (39,8%). En tanto, los que residen en el Conurbano norte presentan el porcentaje superior de personas que no realizaron una consulta médica en el último año (36,5%).
El informe también analizó cómo se autopercibe el déficit de la salud física y psicológica. En el primer punto, el porcentaje de quienes observan esta carencia creció de 2017 a 2018, al pasar del 11,4 al 16,5% de los encuestados, siendo los pobres (20,2%), los trabajadores marginales (23,5%), y en el Conurbano sur (19,7%) donde más se registró esta tendencia en el último año.
En el caso del malestar psicológico, el aumento entre 2017 y 2018 fue de casi cuatro puntos: pasó del 18,6 al 22,4%. El desagregado para el último año también se repite respecto al caso anterior: donde más se percibió fue entre los pobres (35,6%), los trabajadores marginales (34,5%), y en el Conurbano sur (23,2%).
«Este informe muestra la desigualdad social que existe principalmente en el Conurbano, y que se hace visible en las condiciones generales de salud de las personas y de las comunidades como en el propio sistema que las atiende. Además, habla de un sistema fragmentado e inconexo para atender los estados de salud y enfermedad diferentes para cada estrato social», sostuvo el Defensor del Pueblo bonaerense, Guido Lorenzino. (DIB) MCH