Fue una operación de ductus en una beba prematura de 660 gramos de peso, que nació con 26 semanas de gestación.
Participaron de la cirugía el doctor Carlos Antelo y la instrumentadora Claudia Zárate del hospital “Sor María Ludovica”, y Hernán Antelo del “Garraham”, además de anestesistas y personal de quirófano del hospital Piñeyro.
La operación se realizó el 11 de mayo.
Esta cardiopatía congénita, cuyo nombre es ductus arteriovenoso persistente, es muy común en bebés prematuros y es la persistencia, después de nacer, de la comunicación que normalmente existe entre el sistema arterial pulmonar y la aorta durante la vida fetal, y que al nacer el bebé debe interrumpirse naturalmente. Cuando no es así se le suministra una medicación específica y si sigue sin cerrarse el ductus hay que operar.