Por Héctor José Iaconis
El asesinato del rey Umberto I de Italia, perpetrado el 29 de julio de 1900, por el anarquista Gaetano Bresci en la ciudad lombarda de Monza, generó una profunda conmoción que trascendió las fronteras europeas. No era la primera vez que sufría un atentado; pues, apenas iniciado su reinado, otro anarquista, Giovanni Passannante, había intentado ultimarlo.
En la República Argentina, donde la inmigración italiana había configurado gran parte del tejido social, la noticia del regicidio provocó manifestaciones de duelo en numerosas localidades. La ciudad de 9 de Julio, como la gran mayoría de las comunidades del territorio bonaerense, no fue ajena a este sentimiento colectivo de pesar, organizando una serie de ceremonias que reflejaron los vínculos profundos entre ambas naciones.
Tal como lo refiere Buenaventura N. Vita, “al igual que en una gran parte de las ciudades y pueblos importantes de la República Argentina, causó un hondo sentimiento de pesar en 9 de Julio”.
“Ese sentimiento –añade- no embargaba solo a sus súbditos, sino que también a los argentinos gratos a la actitud favorable a nuestro país, que tuvo el gobierno de ese monarca, en las horas de incertidumbre en nuestro litigio de límites con Chile, favoreciendo dentro de moral y correcta a la Argentina. No se había borrado aún el recuerdo de su gesto, al autorizar que una de las naves de guerra, que se le había comprado a Italia, saliera del astillero, armado con los cañones con el escudo italiano, para quienes habían sido fundidos, siendo cambiados por los argentinos cuando estuvieron forjados”.
“Con ese motivo, enseguida las colectividades italiana, para expresar el aprecio y sentimiento de dolor que había producido en las mismas ese suceso, iniciaron actos de homenaje. La de Nueve de Julio también se aprestó a ello, para lo que preparó varios actos recordatorios, a los que se adhirieron las autoridades comunales y el vecindario en general”, señala Vita.
La primera respuesta institucional al luctuoso acontecimiento fue la organización de un funeral religioso en la iglesia parroquial local. Esta ceremonia, promovida por los destacados ciudadanos Nicolás Gallo, Sebastián Scala y Francisco Vita, contó con la presidencia del intendente municipal Benigno A. Martínez, quien estuvo acompañado por el conjunto de las autoridades locales. El templo registró una asistencia masiva, congregando a los sectores más representativos de la sociedad nuevejuliense.

LA MOVILIZACION CIVICA
Un Comité especial, integrada por inmigrantes italianos y ciudadanos argentinos, asumió la responsabilidad de organizar un homenaje de mayor envergadura. Esta iniciativa cristalizó el domingo 12 de agosto de 1900 con la realización de un funeral cívico en el Teatro Rossini, evento que contó con el respaldo oficial del intendente Martínez y las demás autoridades comunales.
La jornada se inició con una gran manifestación de duelo convocada por el Centro Social, estableciéndose como punto de concentración las instalaciones del Consejo Escolar. Este organismo funcionaba en aquel período en la sección central del edificio que albergaba las Escuelas elementales N° 1 y 2. A las dos de la tarde, hora fijada para la concentración, se habían congregado más de mil quinientas personas.
La multitud, organizada en formación de columna, emprendió la marcha precedida por las bandas musicales dirigidas por los maestros Liberato Patuna y Antonio Maranessi, quienes interpretaron marchas fúnebres apropiadas para la ocasión. El cortejo fue encabezado por las autoridades municipales y las representaciones de las asociaciones locales, que portaban sus banderas enlutadas.

EL RECORRIDO Y LA CONCENTRACIÓN EN EL TEATRO ROSSINI
La columna siguió su curso por la Avenida Estevan Severo Trejo (la que unía, en el interior de la Plaza “General Belgrano” el edificio de la Municipalidad con el de la Escuela N° 1) en dirección al Teatro Rossini, donde aguardaba el Comité Italiano Pro-honras fúnebres a Umberto I. Durante el trayecto, numerosos ciudadanos se sumaron espontáneamente a la manifestación, mientras que desde los balcones del Centro Social, diversas familias presenciaron el paso del cortejo.
Al arribar al teatro, las inmediaciones del mismo se encontraban ocupadas por un nutrido público. Desde la entrada principal, Egidio Magni, presidente del Comité, pronunció un discurso elaborado que exaltaba la figura del monarca fallecido y destacaba los lazos de confraternidad entre Italia y Argentina, vínculos que se fortalecían progresivamente mediante conexiones morales y materiales.
Una vez concluido el discurso de Magni, que fue recibido con prolongados aplausos, la concurrencia ingresó al teatro llenando todos los espacios disponibles. Los palcos, tanto altos como bajos, habían sido previamente reservados para las familias más adineradas, distinción social clasista que, lamentablemente, era sello de la sociedad de ese tiempo. En el centro de la sala se había erigido un túmulo, junto al cual la oficialidad de la Guardia Nacional del Partido montó guardia de honor durante toda la ceremonia.
LAS INTERVENCIONES ORATORIAS
Con gran dificultad se logró ubicar parte de la comitiva en el escenario. Una vez establecido el silencio absoluto, se sucedieron diversas intervenciones oratorias. El Dr. Félix Arauz inauguró la serie de discursos con extensas consideraciones sobre la hermandad entre ambos pueblos y el homenaje al soberano fallecido.
Héctor Sibilla continuó con un amplio discurso alusivo al acto, seguido por la intervención de Victorio Cavallari, quien habló en representación de la comisión organizadora y la colectividad italiana. Juan Regnier tomó la palabra en nombre de la comunidad francesa residente en el partido, adhiriendo al homenaje que se desarrollaba.
Completaron las intervenciones Hermenegildo Ocampo, director del periódico El Porvenir, y Antonio Disfervi, director de El Nueve de Julio, quienes pronunciaron sendos discursos.
EL TESTIMONIO DOCUMENTAL PARA LA CORONA
Como colofón de la ceremonia, la concurrencia procedió a firmar un álbum artístico que recogió las adhesiones de los vecinos de 9 de Julio al homenaje tributado. Este documento, repleto de firmas que atestiguaban el sentimiento popular, fue posteriormente remitido a través del Ministro Plenipotenciario italiano a la reina Margarita de Saboya, viuda de Umberto, constituyendo un testimonio tangible de los vínculos afectivos que unían a la comunidad argentina con la casa real italiana.
Asimismo, los asistentes a los actos recibieron una medalla conmemorativa distribuida con esta ocasión.
PALABRAS FINALES
Independientemente de la figura controvertida del rey Umberto I y de las circunstancias que motivaron, según algunas fuentes, su asesinato, este extraordinario despliegue de ceremonial cívico en el pueblo de 9 de Julio ilustra la profundidad de los lazos culturales y emocionales que la inmigración italiana había tejido en el territorio argentino. La capacidad de movilización popular y organizativa de las honras fúnebres de Umberto I en 9 de Julio, como en otras localidades del país, reflejan un fenómeno más amplio de integración cultural. No obstante, a la luz de su contexto, estas circunstancias merecerían otro análisis más profundo: ¿cuántos inmigrantes nuevejulienses en 1900 eran realmente adeptos a los influjos monárquicos? No olvidemos que, tal vez, como lo asevera Vicente di Maggio, “la enorme mayoría de inmigrantes de la bota, repartidos entre Santa Fe, Entre Ríos y Buenos Aires, estaba compuesta de millones de genoveses anticlericales, mazzinianos exilados, garibaldinos acriollados y carbonarios militantes que habrían optado por Bresci o Passannante de haber tenido voz y voto”.
BIBLIOGRAFIA
Vita, Buenaventura N. Crónica Vecinal de Nueve de Julio. 1863–1900. Vol. 1895–1900 y apéndice. Original mecanografiado, parcialmente inédito. El autor utiliza como fuente, la edición n° 607 del periódico «El Porvenir», 9 de Julio, 16 de agosto de 1900.
Di Maggio, Vicente Mario. “Un rey en la grilla de la república.” En Página/12.Última modificación 21 de julio de 2024. Disponible en https://www.pagina12.com.ar/746373-un-rey-en-la-grilla-de-la-republica.
La Revista “Caras y Caretas” de Buenos Aires ofrece interesante información acerca de los homenajes fúnebres tributados en memoria de Umberto I en algunas ciudades de la provincia de Buenos Aires, en los números publicados a partir de agosto de 1900. Cr. Caras y Caretas. “Semanario festivo, literario, artístico y de actualidades.” Año III, no. 96 (Buenos Aires), 4 de agosto de 1900. Acerca del anarquismo en la Argentina, apropósito del asesinado del monarca, hay un artículo en Caras y Caretas. “Semanario festivo, literario, artístico y de actualidades.” Año III, no. 97 (Buenos Aires), 11 de agosto de 1900.
Acerca de la muerte de Umberto I, su contexto y su repercusión, puede consultarte la tesis de maestría titulada Italia e Portogallo: regicidi paralleli. La morte di Umberto I e di Carlos I in una prospettiva storica comparata, escrita por Davide Reggio para la Università degli Studi di Torino en el año académico 2017-2018, disponible en https://d1wqtxts1xzle7.cloudfront.net/57468930/tesi_regicidio_davide_reggio-libre.pdf