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Nueve de Julio
lunes, agosto 4, 2025

Falleció el Padre Mamerto Menapace

En la tarde de hoy, viernes, en la ciudad de Junín, donde había sido traslado desde la Abadía Benedictina de Santa María de Los Toldos, falleció el padre Mamerto Menapace, sacerdote de la Orden de San Benito y escritor. Conocido y muy apreciado en la comunidad de 9 de Julio, confitió los sacramentos de iniciación y también el matrimonio a muchos nuevejulienses; también fue un excelente consejero, director espiritual y hombre de sólida y auténtica  espiritualidad. Su vida fue un reflejo de los elementos fundante de la Regla de su padre, San Benito, que supo hacer propia y transmitir a otros.

A lo lago de muchos años las reflexiones del padre Mamerto acompañaron las páginas de EL 9 DE JULIO, especialmente en los suplementos navideños. Su pensamiento claro y transmitido con gran sencillez era siempre cercano a todos.

El velatorio de sus restos será mañana, 7 de junio, de 11 a 22 horas y el domingo 8, desde las horas, en la capilla del Monasterio de Los Toldos. A las 11 horas del domingo 8 de junio se celebrará la Misa exequial y luego serán trasladados sus restos al cemenerio del mismo Monasterio.

SU BIOGRAFIA

Mamerto Menapace había nacido el 24 de enero de 1942 en Malabrigo, región del Chaco santafesino, hoy norte de la provincia de Santa Fe.

Hijo de María Josefina, fue el noveno de trece hermanos. A edad temprana ingresó en el Monasterio Santa María de Los Toldos, donde profesó como monje benedictino. Desde marzo de 1962 a diciembre de 1965 realizó sus estudios de teología en Chile, en el monasterio benedictino de Las Condes y fue ordenado sacerdote el 4 de diciembre de 1966.

Elegido prior de su Monasterio en septiembre de 1974, fue también su primer abad. En efecto, en agosto de 1980, recibió su bendició abacial del cardenal Eduardo Pironio. Fue abad del Monasterio de Santa María de los Toldos por dos períodos, desde 1980 hasta 1992.

En 1994 recibió el Premio Konex – Diploma al Mérito como uno de los cinco máximos exponentes de la Literatura Juvenil.

Fue escritor de cuentos, poesías, ensayos bíblicos, narraciones y reflexiones y editó numerosos libros, varios de ellos famosos en el ámbito de la Iglesia católica en Argentina y también en el extranjero.

Entre sus obras más conocidas, pueden mencionarse: Un Dios rico de tiempo (Editora Patria Grande, Buenos Aires, 1976 y 2003); Camino de Emaús, con Fe y Esperanza, 1977; La sal de la Tierra; Fieles a la vida; Salmos criollos; Las abejas de la tapera; Madera verde; Cuentos rodados; Entre el brocal y la fragua; Las exigencias del amor; Una orca llamada Belén: misterio marino; Nuestra tierra y nuestra fe; El paso y la espera: rumiando la vida (1992; Salamanca, 1994 y 1995; Buenos Aires, 2005); Con corazón de niño; El amor es cosa seria. Reflexiones sobre la pareja, el hogar y la familia; Esperando el Sol. Reflexiones sobre Adviento y Navidad; La Palabra de Mamerto Menapace (comp. Jorge Albarracín); Los valores, con humor (en coautoría con Luis Landriscina, Buenos Aires, 1997); Cuento con ustedes; Humorterapia, cura con cuentos; Cuento con ustedes dos; El milagro y el valor de la vida (en coautoría con Luis Landriscina y René Favaloro, 2000); Catequesis Yerbiadas (en seis volúmenes); Las alas de la mariposa: curso breve sobre los Salmos; Luz de mi tierra; Cuentos Tocayos; Fabulario (en dos volúmenes), Mano A Mano y Ansiedad y Ancianidad: Un recuerdo.

UN CUENTO SUYO

El padre Mamerto Menapace escribió gran cantidad de cuentos. Resulta difícil realizar una selección de los mismos. No obstante, tomamos uno de su libro Cuento con ustedes:

Hombre de campo él, se le murió la señora. Lo único que le quedó fue un gurisito: el hijito. Tal vez por cariño a quien se fue, dedicó toda su vida de hombre de campo al chiquito. Lo mandó a la escuela y cuando terminó la primaria se trasladaron al pueblo para que pudiera hacer la secundaria. Visto que le muchachito respondía y era inteligente, decidió mandarlo a la facultad a estudiar medicina. El chiquito rindió realmente.
El padre se desgastó en trabajos de campo, con los animales, con la chacrita, con todo para pagarle al hijo la cuota de la pensión, y el hijo se recibió de médico.
Cuando el muchacho se recibió, el padre dejó el campito. Vendió todo y le compró, en el pueblo, un lugar para el consultorio.
El padre gastó todo, pensando: -Y bueno, total, mi vida es la de mi hijo.
El muchacho se casó con una chica de la ciudad. Hija única, acostumbrada a otro ritmo de vida. Andando el tiempo les nació un hijito. Pero el abuelo, desgastado, no estaba acostumbrado a la vida de la ciudad. (…)
La cosa estalló el día que al pobre viejo se le cayó un plato. Al final el pobre viejo tuvo que ir a comer a la cocina. Entonces le compraron una cantidad de platos, de esos platos de barro cocido para que el abuelo, si tuviera que hacer un estropicio, lo hiciera con algo que se pudiera romper fácilmente. Y se creyó que el asunto estaba arreglado.
Pero el pequeño había hecho buenas migas con el abuelo. Un día, el chiquito no estaba en casa para la hora de la comida. Lo buscaron por todas partes.
¿Saben dónde lo encontraron?
En el fondo del patio, al lado de la canilla y embarrado hasta la coronilla. Y la mamá le preguntó: -¿Qué estás haciendo acá?
El chiquito le dijo: -Estaba haciendo platos de barro, para que ustedes, cuando sean viejitos, puedan comer también en la cocina con sus platos de barro.
El cuento afortunadamente terminó lindo, porque a partir de ese día el abuelo volvió a comer en la mesa con la familia. Porque dicen que lo que Juancito ve hacer es lo que va a hacer un día Juan.
El chiquito va a tomar con ustedes, cuando sea grande él y ustedes sean abuelos, las actitudes que él vio que ustedes tomaron con su abuelo.
Junto al Obispo de 9 de Julio.
El padre Mamerto junto al padre Meinrado Hux. El padre Mamerto descansará en el cementerio del Monasterio junto al sepulcro de su amigo y hermano de comunidad.
MENSAJE DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA SOBRE LA MUERTE DEL PADRE MAMERTO

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