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Nueve de Julio
sábado, julio 5, 2025

La estética urbana, una responsabilidad de todos

 


No es la primera vez que nos toca ocuparnos de este tema y, lo que es peor, hacer referencia a la situación, más o menos recurrentes, del mal estado de una vereda ubicada a apenas una cuadra de la plaza principal. En efecto, en la avenida Bartolomé Mitre y Santa Fe, a poco más de cien metros de la Plaza «General Belgrano», tal como lo ilustran las imágenes fotográficas, una vereda presenta un deficiente estado de conservación.
Los pastos altos, ramas caídas y algunos objetos de desechos, sumados a otros aspectos de falta de higiene, hacen que la vista de esta esquina céntrica sea sobremanera desagradable. Tal vez, si se desease adjetivar el estado en que se encuentra esta vereda, podríamos decir que es «paupérrimo», término que deriva del latín «pauperrimus», el superlativo del adjetivo pobre. Precisamente, hay en esta postal urbana una sensación de pobreza estética.

UN SENTIMIENTO DE RESPONSABILIDAD
Por tratarse, la aludida esquina, de una propiedad privada, corresponde al frentista su mantenimiento. Aquí subyace el sentido de la responsabilidad social de cada vecino en el cuidado de los espacios comunes, aquellos que transitan los demás y que merecen hacerlo en un lugar agradable.

La ciudad de 9 de Julio, sus plazas y calles, edificios y monumentos conforma el espacio urbano, cuyos atributos lo cualifican y jerarquizan. Una condición necesaria para hacer agradable ese entorno es la higiene. Una vereda con malezas, en el tránsito obligado entre la Plaza «General Belgrano» y el Parque «General San Martín», sobre una de las avenidas más céntricas de la ciudad, no contribuye a dar una idea de belleza. Difícilmente, un visitante que se disponga a pasear en una tarde de domingo por ese lugar se pueda considerar bello ese contexto. Aún más desagradable resulta por tratarse de una de las primeras impresiones que uno se lleva del centro de la ciudad.

Asumir la responsabilidad de mantener esos espacios comunes es una responsabilidad de cada vecino.

UN SENTIMIENTO DE BELLEZA
Como vecinos, cada uno desde nuestro lugar, debemos contribuir al embellecimiento de la ciudad. ¡Cuan agradable resulta observar esas viviendas, adornadas con jardines en sus frentes o flores en los canteros de las veredas!
Desde luego, para ello, aunque en mínima escala, se debe tener un sentido de belleza; admirar lo que es bello, apetecible y agradable a los sentidos,
El filósofo irlandés Francis Hutcheson afirmó que “si no tuviéramos en nosotros el sentimiento de la belleza, encontraríamos que los edificios, los jardines, los vestidos, los utensilios son útiles pero jamás podríamos encontrarlos bellos”.

Al menos, si ese impulso estético no inspira al frentista a mantener su vereda céntrica en condiciones, sería deseable que lo motive el respeto por los demás vecinos o el temor de hacerse acreedor de una multa.

 

 

 

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