En la Provincia: sigue muy lejos del año pasado
(DIB) Mientras el Gobierno nacional comenzó a flexibilizar algunas actividades, empezó a notarse un repunte en la venta de inmuebles en la provincia de Buenos Aires, aunque aún está lejos de los números del año pasado, lo que pone al sector en una crisis preocupante.
Tras un mayo con 407 operaciones, la actividad arrojó durante junio un total de 1.899 compraventas en la provincia, lo que representa una caída interanual del 70,7%, ya que en el mismo mes de 2019 se habían contabilizado 6.487 escrituras. A su vez, los montos totales mostraron una variación negativa del 53,1 % respecto de junio de 2019 ($ 7.314.298.044 en 2020 y $ 15.592.019.880 en 2019).
De acuerdo a datos del Colegio de Escribanos bonaerense, el valor del acto de compraventa promedio, en tanto, evidenció un alza interanual del 60,2% ($ 3.851.658 en junio de 2020 y $ 2.403.579 en junio de 2019).
Si bien respecto del mes anterior, se registró un incremento del 366,6 %, lo cierto es que el mercado está lejos de acomodarse. Si bien la mayoría de las inmobiliarias tomaron en las últimas semanas estrictas medidas de higiene por la circulación del virus, desde que se decidió un aislamiento sólo hubo consultas virtuales pero se concretaron muy pocas operaciones.
De hecho, la venta de propiedades en el territorio más populoso del país cayó 30% durante 2019 en comparación con 2018, lo que terminó siendo el peor año de los últimos quince.
En cuanto a la cantidad de hipotecas, en junio se registraron 66, lo que representó una disminución del 83% respecto del mismo mes del año pasado (391 hipotecas), con un incremento en los montos totales del 121,8% ($ 6.235.413.177 en junio de 2020 y $ 2.811.058.567 en junio de 2019). En la variación de hipotecas mes a mes, se advirtió un incremento del 247,4% respecto de los valores de mayo pasado, período en el que se habían registrado 19.
Cabe recordar que empujados por la demanda generada por los créditos hipotecarios UVA (Unidades de Valor Adquisitivo), el mercado gozaba de una relativa salud y estabilidad en 2017, algo que terminó estallando por la inflación de 2019, que cerró en 53,8%.
