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Nueve de Julio
jueves, abril 25, 2024

Dra. Rebeca Gambier

HISTORIA DE VIDA

Una nuevejuliense en los orígenes del psicoanálisis en la Argentina

rebeca gambier

* Nacida en 9 de Julio, es considerada una de las pioneras en los estudios psicoanalíticos en la Argentina.
* Su madre fue la famosa obstetra que atendió el alumbramiendo de al menos dos generaciones de nuevejulienses.
* Hermana de la actriz Nini Gambier y abuela de la cantante Ana Álvarez de Toledo.
* Presidió la Asociación Psicoanalítica Argentina en la década de 1950.
* Su trayectoria es conocida más allá de las fronteras de su país y sus obras aún siguen siendo fuente de consulta.

Había impuesto su «estilo» de análisis en el campo psicoanalítico, así como también se había creado una imagen pública en la que el buen gusto estaba independizado de la moda y las convenciones. Estuvo entre los fundadores del departamento de psiquiatría psicoanalítica para adolescentes del Hospicio de las Mercedes. Además de tener pacientes individuales, hacía psicoanálisis grupal y, en esos grupos, se podía encontrar a artistas muy conocidos en su tiempo.
Esa figura, pionera en los estudios psicoanalíticos en la Argentina, fue la doctora Luisa Agusta Rebeca Gambier de Alvarez de Toledo, conocida como Rebeca o “Rebe” para los más cercanos.
Había nacido en 9 de Julio, el 13 de junio de 1915. Su primera infancia la transcurrió en 9 de Julio, lugar donde su abuela y su madre se habían destacado como obstetras. En efecto, como muchos nuevejulienses que hoy peinan canas recuerdan a su madre, en la casa de la avenida Vedia entre Tucumán y Río Negro (hoy Cardenal Pironio) tenía su casa (la única que, por entonces, contaba con una pileta de natación en la ciudad).
Apodada con el pseudónimo de “Cortona”, la madre de Rebeca ejerció su profesión de partera en 9 de Julio durante más de cuatro décadas. A una edad avanzada falleció en Buenos Aires en 1974.
Su hermana menor, Niní Gambier, fue la reconocida actriz de cine y teatro.

VOCACION POR LA MEDICINA
Rebeca sintió su vocación hacia le medicina en la infancia. En la ciudad de Buenos Aires cursos sus estudios en la Facultad de Medicina. Descubrió el psicoanálisis cuando aún era estudiante y se convirtió en miembro de los primeros grupos psicoanalíticos en el país, incluso antes de la creación de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA).
A comienzos de la década de 1940, junto a Enrique Pichón Rivière, Arminda Aberastury, Arnaldo Rascovsky, Matilde Wencelblat, Teodoro Schlossberg, Simón Wencelblat, Alberto Tallaferro, Luis Ras- covsky, Flora Scolni y Jorge Weil formaban ya parte de un grupo entusiasta que estudiaba la obra de Freud.
Sin dudas fue muy significativa en su carrera su vinculación con Matilde Wencelblat y Arnaldo Rascovsky, a través de los cuales se familiarizó con el campo, lo llevó a tomar la decisión de dedicarse al psicoanálisis como carrera. Aunque no fue miembro fundadora de la APA, tomó parte activa en las actividades de los creadores del movimiento psicoanalítico argentino.

SU FORMACION EN EL PSICOANALISIS
Su formación en el psicoanálisis la inició con Celes Cárcamo, un hombre de una vasta cultura humanística, interesado en la filosofía y la historia, incursionó también en la homeopatía, atraído por una disciplina que buscaba comprender al hombre en su totalidad y fue supervisada por Angel Garma y Enrique Pichon-Rivière.

LABOR CIENTIFICA
En 1946, contribuyó a la creación del primer departamento de psiquiatría psicoanalítica para adolescentes en el hospital conocido entonces como Hospicio de las Mercedes, bajo la dirección de Enrique Pichon-Rivière y Arminda Aberastury. Entre 1955 y 1958 realizó viajes regulares a Montevideo, donde impartió seminarios y supervisó a otros psicoanalistas y, al hacerlo, contribuyó a la formación de la Asociación Psicoanalítica de Uruguay, ayudando a capacitar a sus miembros.
En 1954 se convirtió en analista de capacitación y, en esta ocasión, presentó su brillante estudio “El análisis de la asociación, la interpretación y las palabras”. Esta publicación, que se convirtió en un clásico de la literatura psicoanalítica, se publicó en la Revista de Psicoanálisis de APA en 1954 (tomo XI – nº 3, páginas 267-313) y tuvo una influencia duradera en la evolución de esta rama de las ciencias médicas.
La autor vio el lenguaje como parte integral del psicoanálisis y mostró cómo «el hecho de hablar, como un acto e independiente del contenido de las palabras».

INVESTIGACIONES SOBRE DROGAS ALUCINOGENAS
Más tarde, se interesó en el desarrollo de investigaciones psicoanalíticas relacionadas con el uso de drogas alucinógenas. Rebeca también practicó el psicoanálisis con drogas alucinógenas en sesiones grupales prolongadas. Según algunos testimonios anecdóticos, el período de recuperación incluía el catering de Steinhauser, una de las mejores confiterías porteñas en las décadas de 1960 y 1970.
Cuando la dictadura militar que empezó con Onganía y continuó con Levingston y Lanusse prohibió el uso de ese tipo de drogas en la investigación, Rebeca, interrumpió los tratamientos con ellas.
Fue durante este período que escribió «Ayahuasca» (1960), un estudios donde abordó el uso de LSD en ciertas comunidades del Alto Perú. En sus interpretaciones como en sus artículos se caracterizaba por emplear nociones sencillas, sensatas, precisas y penetrantes. Jamás usaba jerga psicoanalítica en la terapia.

CARGOS DE LA APA
Dentro de la Asociación Psicoanalítica Argentina asumió varios roles importantes. Le cupo ser secretaria del comité ejecutivo (1952-1953), tesorera (1953-1954) y presidente (1956-1957). Continuó asumiendo cargos de responsabilidad dentro de la organización hasta 1972. Más adelante en su vida, dirigió sus esfuerzos para proporcionar un espacio analítico para varios de sus colegas.

PALABRAS FINALES
Rebeca Gambier de Alvarez de Toledo falleció en Buenos Aires el 5 de septiembre de 1990. Fue, sin dudas, una de las psicoanalistas más originales y, a la vez, la más llana, en los primeros tiempos del psicoanálisis en la Argentina.

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