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sábado, abril 20, 2024

Historias de vida: Santos Unzué: Algo más que el nombre de un paraje

Recopilación: Héctor José Iaconis.

* Había nacido en el seno de una familia acaudalada. A lo largo de su vida acrecentó notablemente la fortuna familiar heredada.
* Junto con su esposa se consagró a la realización de obras benéficas, destinando gran parte de su fortuna a la construcción de escuelas, asilos y templos.
* Fue una de las personas que más apoyó económicamente a la Madre María Benita Arias, fundadora de las Siervas de Jesús Sacramentado.
* Se destacó como agropecuario y ganadero, poseyendo uno de sus establecimientos en este distrito.
* Una estación ferroviaria, en el Partido de 9 de Julio, lleva su nombre.

En el Partido de 9 de Julio se encuentra la estación ferroviaria que lleva el nombre de “Santos Unzué”. Perteneciente originalmente al Ferrocarril Midland de Buenos Aires, que unía la Estación Puente Alsina con la ciudad de Carhué, esa estación fue librada al servicio el 20 de mayo de 1913. En torno a ella se formó el pueblo, en tierras donadas por la familia de Santos Unzué.
El pueblo, convertido hoy en apenas un paraje rural con población dispersa, fue creciendo a punto tal de registrarse en 1948 cerca de 1000 habitantes.
Si bien la estación ferroviaria fue desabilitada en 1977, el edificio mandado construir por Frank Henderson, sobre tierras donadas por Unzué, aún se mantiene el pié y continúa rindiendo homenaje a quien fuera un poderoso hacendado, un benefactor incansable de importante cantidad de entidades benéficas y un conspicuo representante de los estancieros, el grupo social de mayor poder y prestigio de la Argentina tradicional.
Nacido en Buenos Aires, el 18 de febrero de 1839, era hijo de Saturnino Unzué Reinoso y de Jacinta Rey. Recibió el bautismo en la Iglesia de Nuestra Señora de la Piedad, el 14 de marzo del mismo año, por ministerio de presbítero José Tomás Gaete, en una ceremonia que apadrinaron Santos Casaballe y María Basques..
Si bien sus padres deseaban darle el nombre de “Filemón de los Santos”, en la partida de bautismo se le impuso el de “Simeón de los Santos”. Desde pequeño adoptó solamente el nombre de “Santos”.

UNA FAMILIA
La familia Unzué, en el Río de la Plata, había sido fundada por su abuelo español, Francisco Unzué, oriundo de Enériz, en Navarra.Su abuelo había arribado en 1778 a Buenos Aires como Capitán de Milicias Urbanas, desempeñándose también como Regidor del Cabildo y comerciante.
Su padre había sido, asimismo, un hombre de prestigio social. Vinculado originalmente a Rosas, miembro de la denominada la denominada “Sociedad Restauradora” y fue juez de Paz de la Parroquia de La Piedad en 1840. Al año siguiente fue elegido diputado a la Legislatura de Buenos Aires, cargo en el cual fue reelecto por espacio de un decenio.

TRABAJO Y OBRAS DE CARIDAD
Su infancia transcurrió en la esquina de Rivadavia (calle que también se llamó “Federación”) y Libertad, en la ciudad de Buenos Aires. Allí vivió junto a sus padres, sus hermanos Saturnino, Mariano y Jacinta y una tía, hermana de su madre.
Desde muy joven, junto a sus hermanos mayores, se ocupó de las tareas ganaderas, pues su padre había fallecido cuando, Santos, contaba 14 años.
En la década de 1880, Santos Unzué, ya contaba con propiedades rurales en el Partido de 9 de Julio.
El 7 de junio de 1871 contrajo matrimonio con Carlota Díaz de Vivar y de esa unión nacerá un fuerte compromiso con las instituciones benéficas.
Vinculados, en una relación de afecto mutuo, Santos Unzué y su esposa, prestaron su colaboración permanente a María Benita Arias, fundadora del Instituto de las Siervas de Jesús Sacramentado.
Asimismo, fue gravitante el aporte de Santos Unzué para la construcción del Colegio del Carmen y la Casa de Jesús, obras de la Madre Benita. El Santuario Eucarístico de Jesús Sacramentado, en la avenida Corrientes (entre Pringles y Yatay) también fue construído merced al aporte pecuniario de Santos Unzué, quien fue padrino de la ceremonia en que se colocó la piedra fundamental de la espléndida Iglesia , el 11 de junio de 1893.
Cuando en 1910, la congregación de Siervas de Jesús Sacramentado resolvió fundar un colegio en la ciudad de 9 de Julio, Santos Unzué no dudó en brindar a la Madre General el apoyo económico para el traslado de las religiosas.
Los padres franciscanos también deben a Santos Unzué la construcción de un colegio, en la calle Moreno entre Defensa y Balcarce, inaugurado en 1908, como así también infinidad de aportes para el convento de la misma orden.
Alberto Meyer Arana, en el tomo II de su libro “La caridad en Buenos Aires”, publicado en 1911, dedica varias páginas a la obra realizada por Santos Unzué.

PALABRAS FINALES
Santos Unzué falleció en Buenos Aires el 9 de noviembre de 1912. Su esposa le sobrevivió dos años más. Si bien ambos fueron sepultados en el cementerio de la Recoleta, sus restos hoy descansan en la cripta del Santuario Eucarístico Jesús Sacramentado.
En el sepelio de los restos de Santos Unzué, pronunció una oración fúnebre el fraile Fidel Schelibon.
Monseñor Santiago M. Ussher también dedica a Santos Unzué palabras elogiosas en un texto de su autoría acerca de la biografía de la Madre María Benita Arias.

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