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sábado, abril 20, 2024

Historias de vida

dr.tuma
Doctor Carlos Tuma
La medicina, una vocación fecunda
* Durante más de treinta años ejerció su profesión, con una proba vocación de servicio, en la localidad de French.
* Es el primer médico cardiólogo que residió en el Partido de 9 de Julio.
* Vinculado a las instituciones sociales y cooperativas de French, trabajó para la concreción de significativas obras, a favor del progreso de la localidad.
* Prestó sus servicios, asimismo, en la ciudad cabecera del Partido, en 12 de Octubre y en otras ciudades de la zona, en todas las cuales se mantiene vivo, entre quienes fueron sus pacientes, un cálido recuerdo.
* Formó un hogar ejemplar, junto a su esposa Berta, a quien también se le recuerda con afecto.

Mañana, 3 de diciembre, se celebra en la Argentina el Día del Médico. Por ello, a modo de sincero homenaje a todos los facultativos que, a lo largo de la historia ejercieron su profesión y la siguen ejerciendo en su comunidad, recordamos a un médico que fue paradigma, por excelencia, de entrega y dedicación a la profesión: el doctor Carlos Tuma.
Había nacido en General Alvear, provincia de Mendoza, el 7 de febrero de 1914, fueron sus padres Honofre Tuma y Asibe Asir.
Los estudios primarios, los inició en la Escuela Nacional de su ciudad natal, hasta tercer grado. Pero los culminó en un colegio, regenteado por los Padres Salecianos en Mendoza.
Durante un año y medio residió como alumno interno en el Colegio San José, de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús de Betharram (Padres Bayoneses); para regresar, poco más tarde, a General Alvear.
Ulteriormente, ingresó al Colegio Nacional, de la ciudad de Mendoza. Allí concluyó el bachillerato hacia 1935.
Un año más tarde, por impulso recibido de un familiar, ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, donde se hubo graduado en 1944.
La primera labor profesional la concretó en Villa Lía, una naciente localidad del Partido de San Antonio de Areco. En medio del clima rural, casi inhóspito, por lapso de cuatro años, debió hacer sus primeras armas profesionales.
Aquí, puede decirse, conoció las facetas más inmediatas del médico rural. Tal como lo afirma Abdala Farra, en su libro «Las andanzas de un médico rural», la tarea de este «suele ser integral, no solo en la labor de prevención y tratamiento de las enfermedades de aquellos pobladores, sino también ejerciendo las funciones de guía, consejero, o asesor espiritual y social que tanto necesitan los precarizados rurales, allá en las fronteras de la resignación y el olvido».

EN LA LOCALIDAD DE FRENCH
En 1948 arribó a Manuel B. Gonnet, estación French. Así, se convertía en el primer médico cardiólogo que, de modo permanente, asentaba su domicilio en el Partido de 9 de Julio.
Esta localidad contaba, por entonces, 2500 habitantes. Se constituía en un amplio campo de trabajo, en especial para la asistencia en los sectores más ruralizados.
Durante las tres décadas, que residió, pudo demostrar en todo momento una vocación de servicio y una predisposición tal que, aún hoy, es recordada por sus muchos pacientes.
Al mismo tiempo, trabajó como médico en 12 de Octubre; y, concurriendo mensualmente, en Henderson y en General Villegas. Muchas veces, para acceder a estos lugares debían conducirlo en avión.
Durante las horas difíciles de la parálisis infantil, sus desvelos se orientaron hacia la vacunación de los niños. En nuestro medio, junto a otros médicos, fue uno de los pioneros en las campañas formativas de reanimación cardiorres- piratoria. En este sentido, también ejerció docencia dictando clases.

EN LAS
INSTITUCIONES
En French, el doctor Tuma, fue uno de los socios fundadores de la Sociedad de Fomento. Tanto así que integró la primera comisión directiva con el cargo de tesorero.
Tuvo a su cargo las plausibles gestiones en favor de la pavimentación del acceso a la Ruta nº 5, presidiendo el consorcio fundado a tal efecto. Después de sendos tramites ante Vialidad Nacional, por intermedio del capitán Federico Rousillión, en 1970, se iniciaron los trabajos de nivelación, aprovechando el obrador que pavimentaba uno de los tramos de la referida ruta; mientras que, el 12 de diciembre del año siguiente, eran inauguradas las obras.
A ello siguió la iluminación de cuatro cuadras de ramblas, hacia mayo de 1973; la pavimentación de banquinas y cunetas, y otros empresas importantes. Sin olvidar, claro está, otro valioso aporte al progreso comunitario de French: la instalación del servicio de teléfonos.
El doctor Tuma, del mismo modo, integró la Cooperativa Eléctrica French Limitada. En 1963, en reemplazo de Juan Valinotti, asumió la presidencia. Poco después era inaugurado el servicio de energía eléctrica alterna.
Uno de los principales puntos de atención, mientras desempeñaba este puesto, fue lograr la extensión del servicio eléctrico al paraje «El Chajá» y a 12 de Octubre (en noviembre de 1969, fue inaugurado). En esta última, gracias a sus frecuentes visitas profesionales había podido comprobar la necesidad de tal medio.
En 1970 prosiguió la interconexión a la subestación de D.E.B.A. en 9 de Julio y, ocho años después, la instalación del servicio de sepelio. También estos beneficios le contaron entre sus principales gestores.
Todavía se recuerdan las fiestas patronales de Nuestra Señora de la Asunción, en French. La puntual organización de las mismas, que corría por su cuenta y la de su esposa fue destacable.

EN 9 DE JULIO
Alrededor de 1975 se radicó en 9 de Julio, aunque no dejó de mantener vínculos con French y sus instituciones.
Hasta 1980 trabajó en el Hospital «Julio de Vedia», donde había ingresado por concurso, después de ejercer ad honorem durante dos lustros. No obstante, formó parte del cuerpo médico del Sanatorio «9 de Julio», y atendió su consultorio hasta 1990.

PALABRAS FINALES
El doctor Carlos Tuma formó su hogar junto a la recordada Berta Josefina Miller, de ascendencia anglosajona, oriunda de Gualeguaychú, y reconocida obstetra. De ese matrimonio nacieron cinco hijos (tres varones y dos mujeres).
Tras el fallecimiento del doctor Carlos Tuma, ocurrido hace ya varios años, su recuerdo se ha mantenido vivo en la comunidad.
Cierta vez, Publio Ovidio, el célebre poeta latino, afirmó que «factum abiit, monumenta manent» (el hecho pasó, quedan los recuerdos). En verdad, como puede leerse, los acontecimientos que componen la rica biografía del doctor Tuma trazan las líneas que componen muchos otros recuerdos. Su vida y su dedicación a su vocación constituyen inestimables testimonios de vida que guían a cuantos siguen la misma senda.

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