SON LAS 7.30 AM… me levanto de un salto.. no escuché el despertador, pero me despertó la música del gimnasio de al lado (que comienza en ese horario y suena hasta las 22.30hs con una interrupción de 11 a 13 hs) Si bien en esa parte de mi casa se escucha como música de fondo; en otro sector lindante se dictan clases grupales, algunas de las cuales, pareciera que; requieren de otro volumen… En una ocasión, una amiga estando en casa exclamó indignada: “¿Cómo puede esa chica gritar tanto?¡ parece que está dentro de tu baño esa música tan fuerte ‘??” Y el comentario fatal, “¿Cómo podés vivir así ? Pobre…” Podría enumerar apreciaciones similares( a riesgo de aburrir) del estilo de “Tu caso es el peor caso que conozco”- dijo alguien con experiencia en el tema de contaminación sonora, tras sobresaltarse notoriamente cuando sonó un ruido rotundo y seco .y se sintió el temblor en mi living.. “Son las pesas de al lado”- respondo incómoda..- “es cuando caen al piso”. A este amigo le fue mejor, aunque no le fue fácil. Se reunieron firmas, se denunció el hecho, se tomaron las medidas pertinentes desde las autoridades competentes. Aunque el caso es distinto, los damnificados padecían lo mismo que yo .Y además, a pesar de las leyes y las normas de convivencia; cada situación tiene sus particularidades y la realidad puede mirarse desde diversos cristales … nada nuevo.
En mi caso, las consecuencias son también laborales, pues la medianera del consultorio donde atiendo como psicóloga es lindante al galpón que fue transformado en un confortable gimnasio. Que hoy es un lugar de pertenencia para mucha gente y que brinda un servicio necesario, útil y de buen nivel .De muy buen trato humano del equipo de trabajo. Y donde por esto mismo; allí toman clases conocidos míos, amigos, pacientes y hasta familiares. .Esto tengo que decirlo; Lo justo es lo justo.
El problema es que paulatinamente, yo soy quien ha acotado o modificado su tiempo/ espacio laboral; dado que el encuadre de mi profesión requiere de un lugar de serenidad y privacidad, donde el protagonismo lo tiene la escucha y la palabra. Por lo tanto, Es absolutamente incompatible el desarrollo de mi tarea con las condiciones que ellos necesitan para desplegar la suyas.
En el intento de fundamentar esto; convoque a una empresa privada para medir los decibe- les.. . Cuántos decibe les??! Cuántos se pueden o deben tolerar? El equipo técnico ( profesional a cargo mediante ) confirmó la categoría de ruido molesto. Pues también es insuficiente. Debo gestionar la medición nuevamente desde el municipio que en aquel momento no contaba con su equipo en condiciones. Son las pautas y los tiempos de las gestiones burocráticas y administrativas ..es entendible…
Mientras tanto. .Cómo dimensionar , cuantificar un perjuicio..? Qué o quién determina el grado de afectación y / o afección que puede producir? (aunque existan compendios al respecto..)¿Qué “decibelómetro” puede medir eso?? Si yo hace años que no puedo dormir , trabajar , leer o estudiar cuando quiero, tampoco escuchar tv, música o radio a bajo volumen (me lo tapa otro externo ) Si ni siquiera en períodos de vacaciones no nos queda otra alternativa que despertarnos a las 8 am ; si no puedo estar con mi familia y mi gente en los espacios de mi casa y en los horarios que yo deseo o necesito ; ESTA REALIDAD ,es contundente .Sin contar costos, energía y tiempo que implican (,dado que, a pesar de las conversaciones, no hay un acuerdo genuino entre las partes ) los asesoramientos , solicitudes, exposiciones civiles y denuncias, mediciones y mediaciones, consultas con abogados, oficiales, funcionarios( con la consecuente vulnerabilidad que cualquiera siente al exponer aspectos de la vida personal y al tener que validar frente a otros, los motivos y criterios propios ). Aunque todos ellos , sinceramente; hayan brindado excelente trato y predisposición en sus intervenciones. Pero que, hasta la fecha también han sido insuficientes. Quizás hasta lo sean los fundamentos para la aplicación de las ordenanzas vigentes y sea preciso revisar, agregar normas en nuestra creciente ciudad, cada vez más ex pueblo. Dado que en el camino , he corroborado que es una problemática más generalizada y compleja de la que suponía . O quizás solo habría que aplicar el sentido común: si para un espacio de trabajo se precisa música o sonidos a determinado volumen, hay que acondicionarlo :ACUSTIZARLO como corresponde, para realizar la actividad tranquilamente. Y” de paso” respetar la tranquilidad de los demás.
Soy consciente, y no sólo por mi profesión; de la infinidad de lugares por donde el malestar puede infiltrarse en la vida. Creo también que medianamente, puedo discernir los niveles de gravedad de las circunstancias en las que uno a veces se arroja solo y en otras es arrojado fortuitamente (exista o no mala voluntad de otro). El punto es que hacemos con ello.
Y al respecto, algo que nos circula bastante como comunidad es la sensación de que habiendo personas conocidas, afectos en el medio; sería mejor no hacer, ni decir nada para no generar conflicto alrededor.. Y el Temor del que dirán. Temor de denunciar. De hacer público lo que consideramos injusto y nos duele. En muchos y diversos casos; de optar por las vías legales cuando sabemos que se cometieron sin lugar a dudas negligencias, imprudencias o injusticias.
Sin embargo opino que los nuevejulienses vamos soltando algunos pruritos y temores. Por ej nos hemos multiplicado en las marchas, los eventos comunitarios, se han incrementado los grupos y espacios de participación y compromiso con cuestiones que nos atraviesan como sociedad. Ojalá sigamos avanzando. Y ojalá esto que hoy socializo sirva para compartir cosas más profundas y abarcativas.
Por suerte mi entorno me acompaña en todas las gestiones que vengo haciendo desde hace años, que hasta la fecha; dio como resultado que bajo la directiva del dueño, varios profesores disminuyan el volumen de la música durante las clases . Lo reconozco como intención. Pero No todos y No siempre lo cumplen. Por ende es insuficiente y sigue dependiendo del arbitrio de otro; la vulneración al Derecho de habitar y disponer de la casa propia como uno elija .Sin molestar a nadie. Y si así fuere, siempre algo queda por discutir, acordar o ceder. Pues siempre consideré que la palabra es la vía privilegiada. Aunque cueste.. Aunque en este caso y parezca una paradoja hablo en defensa del Silencio.- Nada más ni nada menos.
Gabriela Bérgamo