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viernes, abril 19, 2024

Taller de Tango- Danza Municipal

d4be-clasetangodgeartpor Mariel Viscovich
El tango argentino no es un baile académico, es un baile popular y la forma de enseñarlo es eclética. No se acostumbra que el maestro haga una preselección antes de las clases. Esta danza en pareja es exótica y magnética. Los intrincados movimientos de las piernas generan una fascinación a la cual muchos no pueden resistirse. Hay gran ansiedad e impaciencia por probar la complejidad del baile y no siempre hay conciencia de dónde se está parado en el proceso de aprendizaje.  Esto puede complicar la fluidez del desarrollo de la lección, si es que está orientada a un nivel específica. Actualmente, en todas las latitudes hay una gran demanda de clases y regularmente los maestros vemos gente que toma lecciones de un nivel para el cual aún no están preparados. Además, siendo un baile de a dos, la diferencia de niveles podría complicar el progreso de otro compañero o compañera de mayor experiencia.
El tango es una danza atractiva, sugerente, y quizás tienta experimentar las figuras llamativas inmediatamente, cuando aún no se han asimilado solidamente las bases.
Es prioridad trabajar en la armonía de esta sistema de baile desde el comienzo: equilibrio, coordinación, postura, abrazo, y mecanismo de acción y reacción que genera todo el baile, los cambios de peso y de dirección, el pivot, etc.
Ir construyendo desde lo más sencillo , para luego ir evolucionando en la medida de las propias posibilidades. Cada uno debe apelar al sentido común para realizar la elección del nivel apropiado. Al transmitir los rudimentos de la danza, el profesor da explicaciones muy específicas sobre la esencia del baile y es muy útil aprovecharlas. Lo simple en la danza es un desafío. La lentitud brinda la posibilidad de verificar si se tiene equilibrio y si se pueden resolver las distintas instancias del baile.
¿Cómo darse cuenta de que se está asistiendo a una clase en el nivel correcto? La señal podría ser la frustración. Si ante reiterados intentos por hacer los pasos que marca el maestro, la frustración por no poder hacerlos, persiste, posiblemente no se tenga el nivel necesario para realizarlos.
Tampoco hay que olvidar que la danza es goce, mejor ir avanzando de a poco para no perderlo. Y aunque se tenga un buen nivel de baile, es saludable volver periódicamente a revisar las bases. Visitar otros maestros nos puede dar enfoques diferentes del material elemental y así enriquecer nuestro baile.
Concluyendo, vale recordar la frase célebre que oía repetir al gran Virulazo: «el día que te creés que bailás bien, no aprendés más».

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