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sábado, abril 20, 2024

Facebook, las redes sociales y una nueva forma de proyección

 En los últimos 20 años la sociedad y, sobre todo, las manifestaciones humanas de la vida social, experimentaron notables cambios. La computación, el desarrollo vertiginoso de Internet, la masificación de los nuevos recursos tecnológicos (celulares básicos y complejos, tabletas, iPad, iPhone, etc.) y la influencia cada vez mayor de los medios de comunicación masiva, han generado un cambio sustancial en la configuración de las relaciones interpersonales.

A partir de 2007, si bien su utilización intensiva demoró quizá un par de años más, con la traducción al idioma español de Facebook, la vida de muchas personas pareció verse transformada, a tal punto que con el tiempo, esta red social se hizo parte de su vida cotidiana. Tanta es la influenciaque Facebook ejerce sobre algunas personas que buena pa rte su núcleo existencial parecería girar en torno a esta herramienta: buscan noticias a través de Facebook o Twitter, sin chequear la veracidad de las mismas o las fuentes de las cuales provienen; pasan largas horas observando las fotografías personales publicadas por otros y suelen replicar comentarios sobre el material posteado por otro o, en muros ajenos o propios.
Estas redes ofrecen la virtud de la inmediatez, pero al mismo tiempo, el vértigo produce frente a aquello que demanda una mayor velocidad de acción o ejecución que muchas personas escriban sin analizar a conciencia sus dichos o emitiendo juicios condenatorios hacia otras personas, sin tener la certeza de que los mismos son adecuados y justos.

 LIBERTAD PARA COMENTAR, FACILIDAD PARA CENSURAR
Con la libertad para escribir, publicar y comentar que existe en las redes sociales, especialmente en Facebook, muchas personas se sienten con la autoridad suficiente para efectuar análisis sobre cualquier tema, situación o acontecimiento. Con la misma liviandad con que se escribe sobre un tema banal, se puede efectuar un juicio personal sobre un vecino. En una comunidad como la de 9 de Julio, en la cual las personas, por lo general, se conocen y comparten espacios comunes, un juicio condenatorio anticipado sobre otro puede resultar nocivo, no solamente para el sujeto difamado sino también para toda su familia.
Puede parecer excesivo decirlo, pero la utilización irresponsable de las redes sociales ha generado una innumerable cantidad de situaciones de conflicto entre las personas. Amistades de muchos años, relaciones de afecto entre familia y vínculos profesionales se han visto truncados por dos líneas escritas en una red social sin una adecuada reflexión previa.
Los medios de prensa están insertos en Facebook. La posibilidad de comentar las noticias ha llevado a que las personas, sin distinción, expresen sus opiniones sobre determinada información. En las comunidades pequeñas, esta posibilidad, que antes se encontraba vedada por la ética profesional, puede jugar en contra para la preservación del sentimiento de buena vecindad.
Si bien es por demás lícito y meritorio que una persona exprese su opinión ésta debería ser analizada previamente por que puede generar un daño moral irreparable a un tercero. Tradicionalmente, a través de los diferentes medios de comunicación: radios, televisión, periódicos, la noticia llegaba al público y le daba tiempo para que aquel pueda hacerse una idea acabada de tal o cual tema, situación o acontecimiento. Antes de formarse un juicio y más aún, antes de darlo a conocer públicamente, el televidente, radioescucha o lector disponía de un tiempo previo para el análisis y la reflexión. Hoy, la prisa con que llegan las noticias a las redes sociales, permiten que el internauta lea la información e inmediatamente comente, a veces sin pensar en lo que está escribiendo ni mucho menos en la consecuencia que ello puede implicar.

 UNA EXPRESION DE ADOLESCENCIA TARDÍA
Otra cuestión, quizá menos importante pero merecedora de observación, es la costumbre que se ha tomado, a través de Facebook, de compartir masivamente toda clase de fotos, videos,  poemas o mensajes predeterminados.
Hay quienes, en menos de media hora, postean o “reenvían” a sus muros o al de sus contactos, fotos o mensaje que recibieron o redactaron. Frente a ello, cabe preguntarse: antes de reenviarlos, ¿los han leído a conciencia o los envían porque les ha gustado la imagen con que están ilustrados?.
Hace, tal vez, más de dos décadas atrás era costumbre de las adolescentes llevar un cuaderno o diario en el cual, se pegaban figuritas, se coleccionaban flores disecadas y se comentaban sentimientos o experiencias vividas y hasta se copiaban poesías o frases célebres que se consideraban interesantes. Ese cuaderno permanecía para un uso exclusivamente personal. Ahora, en cambio, con la utilización de Facebook, personas adultas reproducen esta práctica adolescente, ya no para un uso exclusivamente personal, sino para la lectura masiva. De esta manera, su contactos en la red, conocen de sus sentimientos, emociones y hasta determinados gustos.
¿Hasta qué punto, no se está exhibiendo demasiado la persona?, ¿cuál es el grado de proyección que busca a través de ese proceder?
Facebook pareciera tornarse como una especie de vidriera en el cual, se observa todo de todos, desde una fotografía familiar hasta los sentimientos más íntimos.
Aquí, nuevamente, surge hace otra cuestión: ¿sirve toda esa parafernalia para el desarrollo cultural, intelectual y personal?, ¿cuál es el sentido de exponerse ante el otro de una manera tan abierta?
Los términos de uso, en cuanto a datos e imágenes, y el acceso a la información de los usuarios de Facebook, son temas que han generado polémica; pero, claro está, no existiría esta red si no hubiera usuarios dispuestos a utilizarlas.
A través de estas líneas sólo queremos ofrecer un espacio de reflexión acerca del modo con que se emplea este avanzado recurso de la tecnología. Ciertamente, es loable y necesario estar comunicados en un mundo globalizado, pero ¿qué precio estamos dispuestos a pagar por ese beneficio?.

N.de la R.

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